Hace 5 años perdí a un ser así, especial, muy especial. Hace poco releí la carta que le escribí ese día y me gustaría compartirla:
Hasta siempre, Cirilo hermoso!!!
Te escribo desde el fondo de mi corazón, con todo el dolor y las lágrimas que no me dejan ver bien. Te escribo algo que nunca vas a leer, ni hubieras podido leer pero que te dije desde el día que corriste hacia mí y te llevé conmigo. Yo sentía que tú me habías escogido, porque tu hermanita cuando me vio entrar se fue a esconder atrás de un sillón timida y temerosa pero tú, que en ese momento eras una bolita pequeña de pelo blanco corriste a mis brazos.
¿Sabes? Yo no quería tener más perritos y tus ojos grandes y brillantes me hicieron cambiar de opinión desde el primer momento que te vi. Desde el día en que llegaste nos llenaste de alegría. Tu abuelita te hizo tu camita, que el poco rato deshiciste.
Te hicimos tu closet que llenamos pronto de bufantas y paliacates de colores que te poníamos aunque fuera un ratito después de bañarte, y digo un ratito porque no soportabas traer ropa por mucho tiempo, al menos claro, que tuvieras frío. Tu chamarrita que te trajo tío Feli, por ejemplo, te duraba segundos porque luego luego querías salirte de ella y caminabas para atrás.
Te fuiste cuando no lo esperaba, eras apenas un bebé, o un joven apuesto de 2 años, o 20, o los que hayan sido, a mí se me hicieron tan poquitos... Cada mañana me levantaba muy contenta y saludaba a mi bebé, mi bebé, mi bebé, mi bebé. Y gritaba desde la reja de la calle cuando íbamos al mercado y te quedabas llorando, no nos tardamos, mi niño, te voy a traer un huesito. Dejas tantísimos recuerdos en tan poco tiempo...
Las lecciones que te enseñó abuelito para chocarlas y dar la patita, tantas veces que abuelita te escondía en la cocina entre sus pies y tú solito te delatabas cuando sonaba tu cola contra algo. Tus baños y los juegos con la toalla que mordiasqueabas y me la querías quitar, hasta que al fin lo conseguías y salìas corriendo.
Tus brincos de conejo cuando abría la puerta para que salieras al parque, nuestros juegos de basebol, cuando corrías por todas las bases persiguiendo tu pelota. Extrañaré tanto tu compañía cuando lavaba y tú estabas echadito y sólo levantabas tus ojitos para verme. Cuando veíamos la tele y jalabas tu cobijita. "Salte Cirilo, salte", te decìamos, y al final, acababamos tratando de no hacerte ruido.
¿Te acuerdas de tu casita que fue tu regalo de reyes y que nunca te metiste? Jalabas tu cobijay te quedabas en la puerta, y tus premios, que apenas veías la bolsita y empezabas a brincar sin perderla de vista.
Cirilo, le diste mucha alegría a mi vida en estos dos años, como te dije hace rato, yo no tengo hijos, pero tú eras mi bebé. Perdóname si no hice lo correcto, yo te hubiera donado un riñón, si fueramos compatibles. Cirilo me duele tanto pensar que ya no estarás más. Yo no soy nadie para pensar en la vida de nadie, pero tanto maleante y seres que hacen tanto daño que hay en el mundo y seres tan bellos como tú se van... Te amo mi corazón.
Esta tarde fue tan larga, me decía el doctor ¿no te cansas? y yo no quería soltarte, yo no quería soltarte de la vida. Cada gotita que dolorosamente arrojabas era una lágrima mía. Yo no quería que sufrieras. Pero tampoco pensé que fuera así, yo tenía muchas esperanzas de que iba a regresar contigo a la casa, y regreso a una casa que tiene tu ausencia en cada rincón.
A Camila le lloré mucho, pero ya había vivido, ya estaba viejita, había corrido mucho, jugado, tenido hijos, pero tú, eras tan chiquito. Esta es la manera que conozco de sacar mi tristeza y vivir mi duelo, escribir y escribir, sólo espero que en tu corazón de perrito hayas sentido todo el amor que yo sentía por ti. Que hasta cuando te daba tus nalgadas y te escondías abajo del coche, no hayas dudado que me dolía porque te quería...
Te quiero mucho Ciri, siempre estarás en mi mente y mi corazón, mi bebé, mi bebé, mi bebé... Y no me importa si soy cursi, yo creo que hay un cielo de los perros y que más vale que me porte bien, porque eres de las personas, si personas especiales que quiero disfrutar en la otra vida.
Amalia.
¿Has perdido a "alguien" así? Esto te va a reconfortar: El puente del arcoiris.
¿Sabes? Yo no quería tener más perritos y tus ojos grandes y brillantes me hicieron cambiar de opinión desde el primer momento que te vi. Desde el día en que llegaste nos llenaste de alegría. Tu abuelita te hizo tu camita, que el poco rato deshiciste.
Te hicimos tu closet que llenamos pronto de bufantas y paliacates de colores que te poníamos aunque fuera un ratito después de bañarte, y digo un ratito porque no soportabas traer ropa por mucho tiempo, al menos claro, que tuvieras frío. Tu chamarrita que te trajo tío Feli, por ejemplo, te duraba segundos porque luego luego querías salirte de ella y caminabas para atrás.
Te fuiste cuando no lo esperaba, eras apenas un bebé, o un joven apuesto de 2 años, o 20, o los que hayan sido, a mí se me hicieron tan poquitos... Cada mañana me levantaba muy contenta y saludaba a mi bebé, mi bebé, mi bebé, mi bebé. Y gritaba desde la reja de la calle cuando íbamos al mercado y te quedabas llorando, no nos tardamos, mi niño, te voy a traer un huesito. Dejas tantísimos recuerdos en tan poco tiempo...
Las lecciones que te enseñó abuelito para chocarlas y dar la patita, tantas veces que abuelita te escondía en la cocina entre sus pies y tú solito te delatabas cuando sonaba tu cola contra algo. Tus baños y los juegos con la toalla que mordiasqueabas y me la querías quitar, hasta que al fin lo conseguías y salìas corriendo.
Tus brincos de conejo cuando abría la puerta para que salieras al parque, nuestros juegos de basebol, cuando corrías por todas las bases persiguiendo tu pelota. Extrañaré tanto tu compañía cuando lavaba y tú estabas echadito y sólo levantabas tus ojitos para verme. Cuando veíamos la tele y jalabas tu cobijita. "Salte Cirilo, salte", te decìamos, y al final, acababamos tratando de no hacerte ruido.
¿Te acuerdas de tu casita que fue tu regalo de reyes y que nunca te metiste? Jalabas tu cobijay te quedabas en la puerta, y tus premios, que apenas veías la bolsita y empezabas a brincar sin perderla de vista.
Cirilo, le diste mucha alegría a mi vida en estos dos años, como te dije hace rato, yo no tengo hijos, pero tú eras mi bebé. Perdóname si no hice lo correcto, yo te hubiera donado un riñón, si fueramos compatibles. Cirilo me duele tanto pensar que ya no estarás más. Yo no soy nadie para pensar en la vida de nadie, pero tanto maleante y seres que hacen tanto daño que hay en el mundo y seres tan bellos como tú se van... Te amo mi corazón.
Esta tarde fue tan larga, me decía el doctor ¿no te cansas? y yo no quería soltarte, yo no quería soltarte de la vida. Cada gotita que dolorosamente arrojabas era una lágrima mía. Yo no quería que sufrieras. Pero tampoco pensé que fuera así, yo tenía muchas esperanzas de que iba a regresar contigo a la casa, y regreso a una casa que tiene tu ausencia en cada rincón.
A Camila le lloré mucho, pero ya había vivido, ya estaba viejita, había corrido mucho, jugado, tenido hijos, pero tú, eras tan chiquito. Esta es la manera que conozco de sacar mi tristeza y vivir mi duelo, escribir y escribir, sólo espero que en tu corazón de perrito hayas sentido todo el amor que yo sentía por ti. Que hasta cuando te daba tus nalgadas y te escondías abajo del coche, no hayas dudado que me dolía porque te quería...
Te quiero mucho Ciri, siempre estarás en mi mente y mi corazón, mi bebé, mi bebé, mi bebé... Y no me importa si soy cursi, yo creo que hay un cielo de los perros y que más vale que me porte bien, porque eres de las personas, si personas especiales que quiero disfrutar en la otra vida.
Amalia.
¿Has perdido a "alguien" así? Esto te va a reconfortar: El puente del arcoiris.
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